Natalia Piergentili ha tenido una intensa vida política durante los últimos meses: fue la jefa de campaña de Heraldo Muñoz en su aventura presidencial a La Moneda, asumió como presidenta del PPD y, ahora, postula para alcanzar un cupo senatorial por la Región Metropolitana. En esta entrevista con El Mercurio, da a conocer algunas de sus impresiones y desafíos de esta aventura senatorial.
—¿Cuáles serán sus principales ejes de campaña?
—Los ejes de mi campaña están directamente relacionados con las luchas que tenemos en la izquierda y en particular aquellas que han sido banderas permanentes de nuestro partido, como medio ambiente. Hoy vivimos una crisis por el calentamiento global que ha derivado en una crisis hídrica de la que tenemos que hacernos cargo; equidad de género, porque las mujeres no podemos dejar de avanzar en el ejercicio pleno de nuestros derechos tanto en las decisiones sobre nuestras vidas privadas como también en nuestro rol social y laboral. Y, por último, dos aspectos que para mí son fundamentales y sobre los cuales no siento ningún complejo en abordar: seguridad y reactivación económica.
—¿Cuál cree usted que es su mayor debilidad?
—Lo que algunos pueden leer como una debilidad en el hecho de que sea una cara nueva, yo lo siento como una de mis grandes oportunidades. Será un doble esfuerzo visibilizar mi nombre, pero estoy dispuesta a hacerlo porque es necesario mostrar que como candidata y como nueva presidenta de un partido, hemos sido consecuentes y tajantes en evidenciar que somos una generación que no responde a padrinos ni a cocinas.
—Hay muchas mujeres en la nómina de la región. ¿cómo analiza esa situación?
—Es una excelente noticia, porque es un espacio que nos hemos ganado con mucho esfuerzo y diría, incluso, pasando bastantes humillaciones de por medio. Recordemos que antes del estallido tuvimos el 8M, con cerca de un millón de mujeres marchando y copando las calles de la capital. Eso fue un quiebre importante para una sociedad acostumbrada a las mujeres en roles secundarios, donde se dijo fuerte y claro que ya nunca más sin nosotras. Hoy ya no somos candidatas testimoniales o para cumplir la cuota de género, sino que protagonistas de los cambios que Chile necesita.
— ¿Cree que puede pesar la marca PPD de manera negativa?
—Es evidente la crisis de los partidos, del mío también. Sin embargo, las instituciones políticas son relevantes en democracia. Se ha visto por estos días que ser independiente no es sinónimo de pureza moral. Por otra parte, cuando asumí el desafío de liderar el PPD, lo hice bajo la condición de elevar el estándar de nuestras acciones políticas, partiendo por las candidaturas y así se hizo. Eso significa que una nueva generación política se ha hecho cargo del PPD.
— ¿Será capaz de capturar el voto del senador Guido Girardi?
—Soy honesta, los votos no son traspasables. Si fuera por eso, no haría campaña y estaría sentada en mi casa. Hay que trabajar, y duro, para encantar y convencer al electorado. Pero más allá de eso, no está en mi interés convertirme en un depósito de votos heredados del senador Girardi ni de nadie. Mi candidatura tiene otra personalidad, otra impronta y otro espíritu. Pertenezco a otra generación, soy mujer y me siento conectada con el Chile actual, al que le debo responder con lo que tengo para aportar desde mi sello. Tengo una gran valoración por lo que hicieron distintas personas del partido en el Chile que logró avanzar en estas últimas décadas, pero yo soy Natalia Piergentili.