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En entrevista en el Diario El Mercurio, la presidenta del PPD, Natalia Piergentili, planteó su punto de vista acerca del proceso constituyente, lo que viene post plebiscito de salida y la gestión del Gobierno, entre otras materias.

Si bien la idea de una “tercera vía” o un “plan B” de cara al plebiscito del 4 de septiembre eran temas que trataban con pinzas desde el oficialismo, los dichos del Presidente Gabriel Boric, quien planteó que, en caso de ganar el Rechazo, su administración podría volver a llamar a elecciones de convencionales, revolvieron las aguas del sector.

La presidenta del PPD, Natalia Piergentili, cree que el camino es plantearse desde el Apruebo, pero concuerda con el presidente de la Cámara y militante de su partido, Raúl soto, en la importancia de llamar a un acuerdo para luego de las elecciones. Asimismo, hace un llamado a ministros y funcionarios a tomar las palabras del mandatario acerca de que la etapa de instalación terminó y es hora de gobernar.

—¿Cree que el Presidente le hace un favor al Rechazo o es subirle el precio para quienes quieren votar por esa opción?

 —El Presidente sin duda está por el Apruebo, por ello lo que está diciendo es que si gana el Rechazo la salida es más compleja. En todo caso, es necesario señalar que según la Constitución la modalidad que se seguiría en ese caso depende del Parlamento, por ello los acuerdos son vitales. Nos parece también que no era necesario poner más factores de incertidumbre antes del plebiscito y que si el Presidente quiere mostrar que quiere que gane el Apruebo sin empantanar el proceso, la forma es aprobar y mejorar, que es nuestro planteamiento.

—Además de lo que planteó el Presidente, Chile Vamos también sugirió una alternativa: 10 materias que, de rechazarse la propuesta, se comprometen a reformar, entre ellas pasar a un Estado social de derecho. ¿Es una buena señal?

—Encuentro valioso el planteamiento de la derecha, pero es vago, en el detalle están las diferencias. Esta especie de documento lo tomo como una declaración inicial de buenas intenciones sobre ciertos temas que deberían estar incluidos en una nueva Constitución. En ningún caso creo que eso basta como para poder estar seguros de la voluntad de la derecha respecto de ciertos cambios. Dicho eso, creo que tiene que haber acuerdos sobre las reformas, pero esos acuerdos tienen que versar respecto de los legítimos miedos o aprensiones de la ciudadanía en cuanto al texto. Y eso, claramente, debería ser una moción que pudiese estar avalada por la acción del Gobierno.

Publicación de el Mercurio, 17/07/2022

—¿Qué falta para hacer esa declaración creíble? Desde el oficialismo apuntaron a que son los mismos que se han negado a cambios de esa naturaleza durante los últimos 30 años.

—La derecha tiene prontuario en esto, no tiene irreprochable conducta anterior, y por eso es tan importante que detalle aquellos aspectos en que ellos se comprometen para una nueva Constitución. Cuando hablan de sostenibilidad, ¿a qué se refieren? Cuando hablan de los quorum, ¿de cuánto estamos hablando? Cuando hablan de Estado social de derecho, ¿cuáles derechos vamos a garantizar? Es una buena declaración inicial, pero le falta consistencia y como no tienen irreprochable conducta anterior, tenemos propiedad para exigir que haya un desarrollo de cada una de las materias propuestas.

—Usted menciona que el Gobierno debe avalar un eventual acuerdo. ¿Cuál debe ser el rol de La Moneda?

—El Gobierno tiene que ser un actor que se pare desde el 80% de los chilenos que votaron Apruebo, poniendo detrás la marcha del 25 de octubre. Ese es el Chile al cual hay que responderle hoy. No podemos entramparnos en que si la Convención lo hizo con éxito o no, tenemos las cifras que tenemos respecto a la proyección del plebiscito. Por tanto, el rol del Gobierno es ser el garante de los deseos que movilizaron ese 80% y para eso no es que deban hacer el acuerdo, sino que debe estar abierto a abrir las puertas a que ese acuerdo se produzca entre las fuerzas de gobierno para encauzar ese proceso.

—Eso del acuerdo lo planteó el diputado PPD Raúl Soto, pero no fue recibido por sectores como el PC, los que plantearon que eso ayuda al Rechazo…

—Los datos que tenemos todos es que la mayor cantidad de personas están entre el Apruebo para reformar o el Rechazo para reformar, o sea, la gran pregunta es desde dónde se van a construir las reformas de esta segunda etapa del proceso constitucional. Esto, en ningún caso es hacerle campaña al Rechazo, es constar una realidad. Tenemos dos opciones, o nos quedamos sentados enamorados del proyecto constitucional como si no tuviera ripios, o nos hacemos cargo de esos ripios, porque lo relevante del texto es lo que hace que la postura del Apruebo sea inexorablemente la correcta. ¿Queremos un Estado social y democrático de derecho? Sin duda.

—¿Qué se juega el Presidente Boric en este plebiscito? ¿Su liderazgo?

—Se juega su liderazgo al otro día del plebiscito, porque el que tengamos las cifras que tengamos, el que la gente que votó Apruebo no sienta que este es un proyecto que quiera aprobar, no es culpa del Presidente. El Presidente siempre llamó a hacer una Constitución que nos uniera, una Constitución que planteara las legítimas aspiraciones de los chilenos en un ánimo de colaboración y de diálogo. Sí creo que se juega su liderazgo el 5 de septiembre, porque cómo se va a construir desde el Apruebo para reformar o desde el Rechazo para reformar esta nueva etapa es fundamental.

—¿Cómo ha sido convivir con Apruebo Dignidad en este escenario particular? Ellos se plantean desde el Apruebo a secas…

—Efectivamente, hay dos miradas. Nosotros no le hemos puesto apellido, decimos aprobar y decimos aprobar con la convicción de que dentro de ese Apruebo uno le da garantías a la ciudadanía sobre aquellos puntos que generan incertidumbre. Aquí no creo que un sector tenga la verdad absoluta. Creo que es legítimo quedarse en la trinchera, pero esa trinchera de que aquí no hay que cambiar nada, que está todo perfecto, no contribuye al Apruebo.

—¿Cómo llegar a los indecisos? ¿Los convencionales deben tener un rol en la campaña?

—Los convencionales ya cumplieron una etapa, tuvieron el encargo de entregar un proyecto constitucional y ya lo hicieron, por lo tanto, lo que hoy contribuye a convencer a los indecisos es darle certezas de que este proceso continúa, que hay un Congreso que está preparado para tramitar lo que sea que se resuelva y que eso se va a hacer en paz, en tranquilidad, procurando la gobernabilidad.

—Hablando de figuras, el expresidente Ricardo Lagos no quiso tomar una postura frente al plebiscito. ¿Cómo lo evalúan en su partido, el que sí se declaró institucionalmente por el Apruebo?

—El expresidente hizo lo que él sentía honesto hacer y eso me parece respetable, que es plantearse desde el 5 de septiembre. ¿Me hubiese gustado que él diera una opción más decidida? Quizás, pero su contribución al debate es después del plebiscito y me parece que es una contribución valiosa.

Cambio de gabinete

—El Presidente dijo que cualquier análisis de cambio de gabinete es posplebiscito. ¿Le parece razonable?

—No tengo potestad para opinar sobre eso; el Presidente es el único que puede definir cuándo, cómo y quiénes.

—Pero el Presidente pone un marco de tiempo al eventual cambio de gabinete, ¿cómo puede afectarles a los ministros que su trabajo esté en miras a una restructuración?

—La evaluación de los ministros tendrá su tiempo, a lo mejor él lo plantea porque hoy sería mezclar una cosa con otra. Siempre están en evaluación los ministros y no creo que un cambio de gabinete hoy pueda cambiar en algo la percepción del plebiscito porque esa percepción hay que cambiarla desde otro lugar.

—Este Gobierno se quedó fuera del caso Huracán, ¿qué le parece?

—El Presidente dijo que la instalación había terminado y llamó a ministros y ministras a no cometer errores, por tanto, me imagino que esto va a tener consecuencias. También, que este aprendizaje también ha ayudado para que todos los actores del Gobierno logren dimensionar a cabalidad la complejidad de la gestión del Estado.

—¿Cómo analiza las diferencias que tienen en materia de seguridad con Apruebo Dignidad?

—En esto, y lo digo porque mi partido también ha tenido baches en esto de las votaciones, una de las cosas que el Frente Amplio tiene que aprender es que el Presidente es el líder del Gobierno y, asimismo, el de las coaliciones. Uno tiene que tener un mínimo de voto de confianza a ese liderazgo, por tanto no es posible que el Presidente esté explicándonos cada definición que toma; lo que nos corresponde a los partidos en el caso del estado de excepción e infraestructura crítica es cuadrarnos con el liderazgo del Presidente. Finalmente, tenemos que dar muestra de que para los temas que son importantes, que son urgentes, somos capaces de entender que estamos frente a un contexto distinto, que se está aplicando de una manera muy cuidadosa, que no es el estado de excepción de Piñera, que nos tenemos que sacar los prejuicios de encima y hacernos cargo de los temas de seguridad, y que tenemos que fortalecer la gestión del Presidente.